Lo primero es saber para qué servirá este nuevo éxito de la ingeniería genética. Si uno de nuestros órganos está dañado, hay que tratar de curar sus células o extirparlo. Esa curación es difícil muchas veces –porque no se conoce terapia efectiva, o es muy agresiva– o se puede recurrir a un transplante.
Ese trabajo de curación o de regeneración de tejidos podrá hacerse fabricando células nuevas y exactamente iguales a las que el paciente genera de modo natural.
Dicho de modo muy simple, se genera un embión humano a partir de la información genética de una célula sana del enfermo y, cuando ese embrión tiene 4 días, se utilizan sus nuevas células madre. ¿Cómo? Las células madre son pluripotentes, es decir, se las puede "orientar" para que se conviertan en el tipo de célula que se necesite (por ejemplo, para que se conviertan en parte de un riñón).
La técnica es parecida a la que se usó para crear la famosa oveja Dolly clonada. Se extrae una célula sana de la piel del donante y se implanta bajo la membrana de un ovocito (óvulo) donado por una mujer. Eso, a efectos prácticos, es como fecundarlo, así que comienza a desarrollarse un embrión humano que, a su vez, va generando las mencionadas células madre.
Es la primera vez que se tiene éxito con esta técnica en humanos, pero los investigadores han señalado que su idea no es crear hombres clónicos sino abrir el camino a la regeneración de tejidos sin rechazo, al tratarse de ADN idéntico al del organismo que albergará los tejidos.
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