La cirrosis es un conjunto de cicatrices en el hígado. El tejido cicatricial se forma por lesiones o enfermedades prolongadas. Este tejido no puede hacer lo que hace el tejido hepático sano: producir proteínas, ayudar a combatir las infecciones, limpiar la sangre, ayudar a digerir los alimentos y almacenar energía.
La cirrosis puede llevarte a:
-Formación de moretones o hematomas, sangrado o sangrado de la nariz
-Hinchazón del abdomen o las piernas
-Sensibilidad adicional a las medicinas
-Aumento de la presión en la vena que entra al hígado
-Venas dilatadas en el esófago y el estómago que pueden sangrar inesperadamente
-Insuficiencia renal
-Ictericia
-Picazón fuerte
-Piedras en la vesícula
Un hígado sano es capaz de regenerar la mayoría de sus propias células cuando se dañan. En la cirrosis en etapa terminal, el hígado no puede sustituir eficazmente las células dañadas. Se necesita un hígado sano para la supervivencia.
La cirrosis es la doceava causa de muerte por enfermedad, causando 27,000 muertes por año. La afección afecta con un poco más de frecuencia a los hombres que a las mujeres.
La cirrosis no es causada por trauma de hígado u otras causas de daño agudo o de corto plazo. Generalmente, años de lesión crónica son necesarios para causar la cirrosis.
Estas son las enfermedades causada por la cirrosis: